La Vagina es uno de los órganos internos del aparato genital femenino y se considera una cavidad virtual, ya que generalmente está cerrada o “colapsada” y solo se muestra cuando es explorada o durante la relación sexual, y está conformada por tejido muscular y elástico, limita por abajo con la Vulva y por arriba con el Útero. Su longitud varía según razas y genotipos y va de 8 a 11 cm. Tiene en su cara anterior una longitud de 7 cm, mientras la posterior, que es la más larga, mide 9 cm. La Vagina puede dilatarse y aumentar de tamaño y longitud, tres o cuatro centímetros más de lo normal. Su diámetro oscila mucho, con un promedio de 3 cm. Sólo existen terminaciones nerviosas en el tercio cercano a la abertura vaginal, los dos tercios restantes son relativamente insensibles.

 

Funciones de la vagina desde un punto de vista biológico:

  • Sirve como canalización del flujo menstrual durante la menstruación.
  • Permite la entrada del pene para el coito, por donde se introduce el esperma con los espermatozoides para la fertilización de los óvulos de la mujer.
  • Facilita el acto sexual por la lubricación de las secreciones de las glándulas de Bartholin.
  • Permite la salida del feto y de la placenta del útero al final del período de gestación.

 

Sexualidad

La importancia de la vagina dentro del juego sexual, del placer y la excitación de la mujer, esta en el factor psicológico, ya que es donde se introduce el pene, sin embargo, es en el clítoris y en el punto G donde se reúnen las terminaciones nerviosas más importantes de los genitales femeninos.

La vagina en un principio suele estar protegida por el himen, una membrana fina con algunas perforaciones que permiten salir la regla. Normalmente el acto del coito produce que se rompa esta membrana o himen, debido a la penetración del pene en la vagina. Aquí vale la pena recalcar que en casi el 30 % de las mujeres, el HIMEN es tan elástico (“complaciente”) que no se rompe durante la primera ni las siguientes relaciones sexuales, no hay sangrado, y solo se rompe durante el primer parto.

Flujo Vaginal

La vagina normalmente produce un líquido claro totalmente transparente o casi transparente y que se torna filante o muy elástico (como la clara del huevo), hacia mitad de ciclo. Aumenta normalmente durante la excitación sexual. Se oscurece ligeramente inmediatamente antes y después de la menstruación. Carece de olor, y excepto durante el ciclo menstrual e inmediatamente antes y después, es casi o totalmente transparente.

Los siguientes cambios en el flujo vaginal indican enfermedad que puede ser infeccioso, inflamatorio o ambas:

  • Mal olor o desagradable.
  • Color o presencia de sangre (excepto durante los períodos explicados arriba).
  • Que produzca prurito (rasquiña, comezón), sensación, quemante, inflamación, enrojecimiento o lesiones en los labios vaginales.
  • Durante el embarazo suele cambiar el líquido vaginal tornándose más denso y ligeramente blanco.

Las enfermedades más frecuentes que producen flujo vaginal anormal son pequeñas infecciones, provocadas casi siempre por alteraciones en ecosistema vaginal o sea en el equilibrio que debe existir siempre entre los gérmenes que normalmente habitan en la vagina, quistes, afecciones hormonales, enfermedades de transmisión sexual, infecciones especialmente venéreas y problemas del embarazo, cáncer etc.

Estas enfermedades requieren tratamiento oportuno y adecuado para no complicarse pues a probabilidad de curación aumenta con el diagnóstico temprano.

Si tiene flujo vaginal evitar tratamientos de fertilidad. Practíquese una ecografía Pélvica C.A.D. en color para determinar la naturaleza, extensión, intensidad y origen del flujo y tratarlo antes de la intervención. El Flujo Vaginal es anormal, cuando produce mal olor o prurito y debe ser prontamente tratado para evitar complicaciones mayores.

No te autoformules y siempre busca a tu ginecólogo, pues el tratamiento indiscriminado con antibióticos y con fármacos inadecuados, puede originar otra clase de flujos o perpetuar los que ya tienes.

Amplitud Vaginal

Es la perdida de tono de la vagina generalmente causada por los partos, lo cual causa disminución de la fricción durante el acto sexual o coito, disminuyendo así la calidad en la sensación de placer. Esto convierte en una disfunción sexual, afortunadamente tratable con nuevas técnicas con o sin láser, llamadas REJUVENECIMIENTO VAGINAL.

El doctor DAVID MATLOCK, pionero en este tipo de técnicas, en los ANGELES , CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, ha entrenado a más de 150 ginecólogos en todo el mundo, y tengo el privilegio de ser uno de ellos, por lo cual pongo a disposición estas técnicas en la ciudad de Cúcuta , Colombia.

CISTOCELE Y RECTOCELE A través de la vagina se aprecia muchas veces, en las mujeres que han tenido hijos, pequeños abultamientos que se hacen mas pronunciados con la tos o el pujo. Aunque no se trata por lo general de un proceso peligroso, un prolapso de vejiga puede interrumpir el flujo de orina y producir una infección en el sistema urinario..

Estos trastornos se originan cuando las paredes debilitadas de la vagina permiten la salida de la vejiga y recto a través del canal vaginal. El prolapso de la vejiga, cuyo nombre médico es cistocele, es más común que el prolapso del recto, que recibe el nombre de rectocele (En otro tipo de prolapso: el rectal, la mucosa rectal sale fuera del cuerpo a través del ano).
En resumen podría decir que existe un prolapso anterior que es la caída de la vejiga o cistocele. uno posterior que implica la caída del recto a través de la mucosa vaginal posterior.

Finalmente un prolapso apical (viene de ápice) que implica la caída del útero mismo hacia
abajo hasta por fuera de la vagina. En los casos en que ya no existe útero debido a que se hizo una Histerectomía lo que sale o cae hacia fuera es la cúpula vaginal constituyendo un prolapso de la cúpula vaginal.

Como la fuerza de la gravedad empuja a la vejiga hacia abajo, una vejiga prolapsada es más pronunciada cuando la mujer está de pie. Este trastorno a veces produce una sensación de presión en la vagina. En casos severos, la vejiga estira los músculos adyacentes hasta que los rompe y penetra en la vagina. Cuando este trastorno es severo, la mujer puede tener dificultad en orinar, a menos que empuje la vejiga hacia arriba a través de la vagina con sus dedos. Con frecuencia va acompañada de Incontinencia de orina.

El prolapso de recto puede no presentar síntoma, aunque puede producir dolor de espalda y la sensación de tener un bulto o sentir presión en la vagina. Las mujeres con este trastorno tienen dificultad en defecar porque la materia fecal, en lugar de dirigirse hacia la abertura del ano, se acumula en la parte del recto que ha penetrado en la vagina. Para poder evacuar, a veces es necesario empujar hacia adentro la parte prolapsada del recto.

Generalmente los prolapsos se deben a complicaciones que ocurren durante el o los partos. Algunos de los factores que contribuyen a este trastorno son muchos partos, partos difíciles o de bebes muy grandes. Partos prolongados o muy rápidos o factores constitucionales como defectos en las fibras de colágeno, deficiencia nutricional y por supuesto la mezcla de todos estos factores.

En los casos de prolapsos leves en que el daño es menor el tratamiento serán ejercicios pélvicos monitorizados por un fisioterapeuta pelviano , cambios en la dieta y bajar de peso si corresponde. El tratamiento actual del prolapso sintomático moderado a severo es la cirugía.

La reducción en los niveles de estrógeno por ejemplo en la post menopausia debilita y disminuye los músculos que sostienen los órganos de la región pélvica. El estreñimiento, la tos crónica y el levantar objetos pesados pueden agravar el debilitamiento de los músculos

Los síntomas más comunes son: presión pélvica, sensación de peso en los genitales, dificultad para orinar y/o defecar, dolor lumbar, bulto vaginal, incontinencia urinaria o fecal. Reducción de estos síntomas al recostarse. Otro síntoma asociado son las molestias en las relaciones sexuales las que pueden ser dolor o sensación de vagina amplia (amplitud vaginal).

En los casos de prolapsos leves en que el daño es menor el tratamiento serán ejercicios pélvicos monitorizados por un fisioterapeuta pelviano , cambios en la dieta y bajar de peso si corresponde. El tratamiento actual del prolapso sintomático moderado a severo es la cirugía.